“¡Yo puedo hacer este trabajo!” — Seis años después

Una charla sincera con Türker Hanoğlu, Maestro Laminador en Hasçelik

Türker Hanoğlu, que lleva seis años en Hasçelik, compartió con sinceridad la historia de cómo conoció el sector del acero y su dedicación al trabajo. Este viaje, que comenzó desde la emoción de la primera entrevista hasta la posición que ocupa hoy, está lleno de determinación, ganas de aprender y desarrollo personal. Escuchemos la historia de Türker en sus propias palabras...

“Soy Türker Hanoğlu, de Tokat. Estoy casado. Soy hincha de Beşiktaş.”

Sí, no muy fanático extremo, pero aun así es un cercano seguidor de Beşiktaş… Graduado en Contabilidad de la Universidad de Sakarya, Türker hoy trabaja como maestro laminador en Hasçelik. Tiene 31 años y en realidad nunca pensó en trabajar en el sector del acero. Pero la vida a veces trae lo inesperado, y así comienza exactamente su historia.

“Llevo casado casi tres años. Vivo en Darıca. En realidad soy de Estambul, pero durante años nos pareció más bonito allá. Dijimos ‘Vamos a vivir aquí’, y todavía estamos.”

“Cuando visité la producción en caliente, al principio tuve miedo, ¡pero mis ojos brillaban!”

“Cuando fui a la entrevista de trabajo, me vestí como un contable clásico; limpio, ordenado... El maestro Ümit y el señor Barış estaban sentados frente a mí. Entramos, y al ver la producción en caliente, la verdad sentí un poco de miedo. Pero dije: ¡Yo puedo hacer este trabajo! En ese momento, el señor Barış me miró a los ojos y dijo: ‘Los ojos de este chico brillan, hará bien este trabajo’. Desde aquel día han pasado ya seis años…”

“La contabilidad no era para mí, me encontré a mí mismo en el acero”

Türker, que estudió contabilidad en la universidad, intentó trabajar brevemente en esta profesión, pero la experiencia fue un punto de inflexión para él:

“Trabajé en el proyecto del hospital de la ciudad en İzmit. Estaba a cargo solo de la contabilidad de unas 400 personas. A las dos de la madrugada seguía haciendo cuentas. Hacía bien mi trabajo, pero el estrés y la presión me agotaron. Al final lo dejé. Ahora que miro atrás, digo: ‘Menos mal que lo dejé’. Porque aquí, en Hasçelik, puedo ver el resultado de mi trabajo. Produzco, toco, crezco. Por eso me gusta este trabajo.”

“He probado casi todos los puestos en Hasçelik”

Türker ha trabajado en muchas áreas, no solo en un puesto:
“Cuido la sección de embalaje, paso al área de báscula, trabajo en calidad, tomo muestras... También trabajo en laminación. En Hasçelik, casi no queda ningún área de producción que no conozca. Me encanta aprender. Disfruto mejorarme a mí mismo.”

“Cada día aprendo algo nuevo”

“Seis años completos en Hasçelik. Soy feliz. Por supuesto, hemos tenido altibajos, pero gracias a Dios, estoy en un buen lugar. Trato de mejorarme cada día. Miramos hacia adelante, hacia el desarrollo. Y eso es lo mejor.”

“Ver el acero que yo mismo produzco en la calle es una sensación indescriptible”

Cuando le preguntamos qué es lo que más le gusta de su trabajo, los ojos de Türker vuelven a brillar. Esta vez describe el orgullo que siente al ver el fruto de su esfuerzo:

“Tienes un trabajo, y ver el resultado de ese trabajo es muy especial. Que una materia prima en el horno se aplaste y se convierta en una barra redonda... Y que esa barra un día aparezca frente a ti. Hace poco, tuve un problema con el amortiguador de mi coche. Miré la pieza y pensé: ‘Este es el acero que producimos nosotros...’ Esa sensación es realmente increíble.”

“He sido fan de Alfa Romeo desde niño”

La conexión de Türker con los coches es fuerte. Hay una marca que le saca una sonrisa enorme:

“Soy fanático de Alfa Romeo. Los fines de semana siempre reviso el aceite y el agua. Lo limpio. No me pierdo los encuentros de Alfa Romeo con otros niños. Hace poco vi un Alfa Romeo 159 al comienzo de la calle. El mío es un 147. Mi esposa estaba conmigo y le dije: ‘¡Me enamoré de este coche!’ Ella se sorprendió, claro. Pero mira el diseño, la postura... Soy admirador desde la infancia.”

“Me gusta mi trabajo, me gustan mis amigos... venir a trabajar no es una carga sino un placer”

Cuando le preguntamos qué le motiva por las mañanas a venir al trabajo, Türker responde con sinceridad y calidez:

“Mi motivación para ir al trabajo mañana es muy clara: me gusta mi trabajo. Por eso no pienso mucho ‘¿Con qué voy a trabajar hoy?’. Cuando haces lo que te gusta, hasta los problemas parecen menos grandes. Pero lo mejor de todo es el ambiente entre compañeros. Para ser sincero, el ambiente en Hasçelik no se encuentra en ningún otro lugar.”

“Somos como una familia en tres turnos”

La solidaridad en Hasçelik no se limita solo al trabajo. Los equipos que trabajan en tres turnos pasan tiempo juntos fuera del turno y hasta organizan eventos con música:

“Tenemos una costumbre; por ejemplo, Kamil trae su acordeón, yo traigo la guitarra. Preparamos la carne, a veces hacemos una barbacoa, cantamos juntos. Esos momentos valen por todo. Nos divertimos, trabajamos, vivimos juntos. Llevo tocando guitarra activamente diez años. Tener ese tipo de vínculo en el trabajo es una gran suerte.”

“Más que maestros, son como hermanos mayores”

Türker señala otro aspecto que hace especial el ambiente laboral en Hasçelik:

“No hay presión aquí. Nuestros maestros no son personas que gritan o miran desde arriba. Muchas veces son como amigos. A veces es una relación maestro-aprendiz, a veces una conversación amena. Eso da paz al alma.”

“Primero aprende el trabajo, después la recompensa llegará”

Türker, al compartir su experiencia de seis años con los jóvenes, da un mensaje claro y directo:

“Hoy en día, cuando aplicas a un trabajo, la primera pregunta es ‘¿Cuántos años de experiencia tienes?’. Por eso mi consejo a los jóvenes es: primero trabaja, aprende el oficio. Después, lo que mereces llegará a ti uno a uno.”

“Si quieres ponerte una pulsera de oro, este trabajo es para ti”

Su visión del oficio es muy realista, y así es también su consejo para los jóvenes:

“Si solo quieres ganar dinero, busca otros trabajos. Pero si quieres ser profesional, si quieres ponerte una pulsera de oro, este trabajo es para ti. Se necesita paciencia. No es un trabajo muy pesado, pero requiere atención y habilidad manual. También tienes que usar tu mente. Analizar bien el orden del proceso, el comportamiento de la máquina. Porque el más mínimo error puede crear errores mayores.”

“Hacemos bien este trabajo”

Cada profesión tiene su propio lenguaje y alma. En laminación no es diferente. Türker comparte con una sonrisa una expresión común entre sus colegas:

“Entre nosotros decimos mucho: ‘¡Hacemos este trabajo, hermano!’ Cuando un material sale sin problemas, alguien lo dice inmediatamente. Todos nos sentimos orgullosos. Porque cuando ajustas bien, el material que sale es reluciente. Entonces, naturalmente, sale de la boca: ‘¡Hermano, hacemos este trabajo!’”

“Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando vinieron a mi boda”

Durante sus seis años en Hasçelik, Türker acumuló muchos recuerdos. Al contar uno de sus momentos más inolvidables, su voz se suaviza y recuerda el instante en que se le llenaron los ojos de lágrimas:

“Mi momento más feliz y del que más me enorgullezco fue cuando vinieron a mi boda. En ese momento, yo llevaba solo un año trabajando, pero el jefe de producción, mi supervisor, mi encargado, mi maestro y mis amigos todos vinieron. Que tanta gente estuviera allí, además de mi familia, me emocionó mucho. Y especialmente Metin... Que Dios lo tenga en paz, que su lugar sea el paraíso. Él fue el primero que me esperaba en la puerta, antes de que yo entrara al salón. Ese fue un momento inolvidable para mí.”

Continúa resaltando cómo Hasçelik lo apoyó en momentos difíciles:

“También estaba un poco apretado económicamente para la boda. Hasçelik me dio un gran apoyo en ese momento. Es en momentos difíciles cuando entiendes que tienes un lugar que te respalda. Que Dios los bendiga, me ayudaron mucho. Además, los amigos me dieron en broma un ‘Diploma de Hombre Blando Internacional’ en la boda. Fue una boda llena de bromas y alegría. Por eso este lugar tiene un lugar muy especial en mí.” 

Cuando dicen “Türker sabe hacer este trabajo”, significa que ya he ganado.
Hoy quiero agradecer no a una sola persona, sino a tres.

La primera es a Ümit Usta… porque él fue quien me dio la primera oportunidad.

La segunda es al señor Barış… siempre dice: “Vi una luz en los ojos de Türker. Pensé que podía hacerlo, dije que teníamos que contratar a este chico.”
Estoy muy agradecido con todos los que vieron esa luz y creyeron en mí.

La tercera es a todos mis maestros… porque formar a alguien desde cero es realmente difícil. No es algo que cualquiera pueda lograr.
Pero ellos creyeron en mí y dedicaron su esfuerzo.

Ahora estoy en un punto en la fábrica —aunque no me gusta presumir— donde muchas de mis ideas, mi trabajo y mi huella están presentes en muchos lugares.

Lo que más valoro es esto: mi maestro ya no viene y me dice “Hay un problema ahí, ¿puedes ir y arreglarlo?”
Ahora me dice: “Arréglalo tú, hagámoslo en dos minutos.” Porque confía en mí.

Y eso para mí es más que suficiente. Cuando dicen “Türker sabe hacer este trabajo”, significa que ya he ganado.

“Nunca te apartes de la honestidad”

La lección más importante que recibí de mi familia es esta frase que me dijo mi padre:

“Hijo, en toda mi vida nunca me aparté de la honestidad, tú haz lo mismo.”

Este consejo ha sido la base de mi vida desde mi infancia.

“Amor y Gratitud”

Le preguntamos a Türker: “Si quisieras darle un mensaje a tu familia, ¿cuál sería?”

Yo los quiero mucho a todos, me alegra que estén, que formen parte de mi vida, que me hayan criado bien, de la manera correcta.

Mi mensaje es: Que Dios les conceda una larga vida y no les falte la salud.

También hay una frase muy bonita del fallecido Barış Akarsu:

“No dejes que el amor falte en tu corazón, porque el amor es la llave de todo y se multiplica cuando se comparte.”

Yo digo también: que nadie deje faltar el amor en su corazón.

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